El concierto se inicia con unos acordes en stacatto que van en crecimiento creando un clímax que es retomado por la orquesta con un tema inicial reposado y característicamente “ruso” en su desarrollo para el cual el solista desarrolla unos arpegios de acompañamiento. Después de este tema, el compositor establece un balance con un segundo tema mas lírico en una tonalidad mas dulce (mi bemol mayor).
A partir de la exposición de ambos temas, el desarrollo transcurre en constantes mutaciones resultantes del intercambio y mezcla de ambos temas entre varias secciones de la orquesta y con el solista hasta llegar a un clímax en el cual el tema inicial es reexpuesto con una estructura modificada con un ritmo más marcado y sostenido.
El Segundo movimiento le ha dado inspiración e incluso base a melodías románticas y sentimentales, cuyo ejemplo más famoso es la canción “All by myself” de Eric Carmen, cantada por un sin fín de cantantes desde Celine Dione, Mariah Carey, Luis Miguel, etc.. Es una elegía de tono dulce que es iniciada por la flauta, retomada por el solista y transportada a través de varios instrumentos hasta un momento de tensión que desemboca en una cadenza de altísima dificultad técnica. A partir de ese momento, el piano y flauta reestablecen el dulce diálogo inicial el cual lleva a una coda en que se desvanece hasta desaparecer.
El tercer movimiento nos presenta tras una breve introducción y una cadenza del piano un tema agitado y rítmico que es acogido por la orquesta en su conjunto desvaneciéndose progresivamente con la introducción de un segundo tema mas suave y melódico introducido por las violas y el oboe; esta melodía es una variación del segundo tema del primer movimiento la cual es la base del desarrollo del movimiento, hasta llegar a un clímax orquestal en el cual,tras una complicadísima segunda cadenza en el piano, una nueva variación al segundo tema del primer movimiento cierra la obra con una brillante exposición y coda orquestal.
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