lunes

CHOPIN SUPERSTAR

 

Compositor y pianista de origen polaco. Se le considera uno de los creadores del romanticismo en la música. Poseedor de un gran sentido y talento líricos, descubrió nuevos terrenos en la armonía. Su padre era un maestro francés que trabajó para una familia noble en Polonia y su madre una noble polaca. Mostró dotes para la música desde niño, especialmente como pianista, instrumento que luego estudiaría con Elsner. 

En París se encuentra con Boccherini, quien lo introdujo en la sociedad francesa. Tuvo un agitado romance con la escritora que firmaba con el seudónimo George Sand. A pesar de residir desde los 20 años en Francia, su corazón patriota afecta su arte, que refleja la música popular polaca, una primera muestra del ingreso de otros pueblos a la historia de la música. Su abundante obra está absolutamente dedicada al piano, y marcó una decisiva influencia en la literatura universal para piano. 

El Concierto Nº 2 para piano y orquesta, en fa menor, a pesar de su numeración, es anterior al Nº 1. Tiene tres movimientos: maestoso, larghetto y allegro vivace, aunque entre las dos primeras partes Chopin intercala una especie de divertimento para trompa. El primer movimiento comienza con una exposición orquestal con dos temas de inspiración polaca, que luego retoma el solista. 

El segundo de los movimientos es de singular belleza y lirismo, a modo de nocturno nostálgico, mientras que el movimiento final, entre un vals y un rondó, es de un gran virtuosismo sonoro y brillantez.

 

martes

OPERA "LUNA" COMPLETA

 

El aún por aquel entonces tenor (hoy barítono) Plácido Domingo, principal valedor del proyecto de Luna, prestó su varonil voz de poderoso metal en cuatro temas del disco: “Te quiero, morena”, el “Pasodoble de la Luna”, de clara raigambre taurina, el villancico “Y nos vamos pa Belén”, junto al Coro de Niños del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo, y la espléndida canción “Un gitano sin su honor”, que el tenor Rolando Villazón, fascinado por ella, volvió a grabar en su álbum, Gitano. Ainhoa Arteta, por su parte, sólo cantó dos temas, “Llévame niño pal cura” y la nana “Arrorro, arrorro”, que le permitían lucir sus elevadas capacidades dramáticas en el manejo de una voz un tanto nasal pero que despuntaba por su esmaltada belleza sopranil.

Una madura Teresa Berganza nos regalaba su ya ajado instrumento pero aún timbrado y muy musical, con inflexiones un tanto histriónicas y auténtico gracejo en el decir, en la canción “Bajo el cielo de Sevilla”, una de las últimas prestaciones discográficas de la sensacional mezzosoprano madrileña que todos admiramos. Y por último, la carismática soprano Renée Fleming sólo brindaba sus vocalizaciones en el enigmático Epílogo final de la ópera. 

miércoles

NETREBKO Y VILLAZON

 

Hay parejas que sobre el escenario hacen vibrar al público y otras, siendo excelentes cantantes, no. ¿Por qué? No hay respuesta, pero en la historia de la ópera hay nombres que, puestos uno al lado del otro, aseguran emoción, belleza en el canto y buenas interpretaciones a raudales. 

Así han quedado para la memoria momentos memorables de Tebaldi y del Monaco, de Freni y Domingo o de Callas y Di Stefano, por nombrar sólo las más conocidas por el gran público. Para muchos, la última gran pareja escénica la forman Anna Netrebko y Rolando Villazón. Ellos han conseguido que, puestos sobre un escenario, la emoción se desborde, la alegría se contagie y el dolor sea sentido. Anna Netrebko y Rolando Villazón son en primer lugar dos excelentes cantantes líricos. 

Con carreras llenas de éxitos por separado. A la vez, son dos magníficos actores. Ambos llenan el escenario y saben entrar en el papel que interpretan. Y finalmente, tienen esa magia, química o como se le quiera llamar, que les hace ser estrellas en el escenario. La primera actuación juntos fue en la Bayerische Staatsoper (Munich) el 20 de julio de 2003 y la ópera fue La Traviata, bajo la dirección de Fabio Luisi. Desde entonces son muchas las óperas y conciertos que Anna Netrebko y Rolando Villazón han protagonizado juntos. 

Entre las múltiples producciones que de cada título se han hecho destacaremos las siguientes: Anna Netrebko y Rolando Villazón: Romeo et Juliette. Los Angeles Opera (2005) con dirección escénica de Ian Judge. La orquesta de la LAO la dirigía Fréderic Chaslin. Anna Netrebko y Rolando Villazón: L’elisir d’amore. Viena (2005) junto a Leo Nucci e Ildebrando D’Arcangelo. Director Alfred Eschwé. Anna Netrebko y Rolando Villazón: Manon. Berlín (2007), con dirección escénica de Vincent Paterson y Daniel Barenboim dirigiendo la Staatskapelle de Berlín. Anna Netrebko y Rolando Villazón: Rigoletto (2005) Metropolitan Opera House, New York, con Carlo Guelfi como Rigoletto. Director escénico Otto Schenk. Director musical, Asher Fisch Anna Netrebko y Rolando Villazón: La Bohème (2006) Teatro Mariinsky, San Petersburgo. Director escénico Ian Judge. Director musical, Valery Gergiev Y como no, la archifamosa Traviata de Salzburgo 2005 de Anna Netrebko y Rolando Villazón, que constituyó una auténtica revolución, de la que en este blog hay numerosa muestras por ser una de nuestras preferidas, con dirección escénica de Willy Decker y con Carlo Rizzi, en la musical