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SUPPE-CABALLERIA LIGERA (OBERTURA)

Franz von Suppé nació el 18 de abril de 1819 en Split (Dalmacia, Croacia), descendiente de una familia belga que probablemente emigrara en el siglo XVIII. Fue pariente lejano de Gaetano Donizetti y su nombre original era Francesco Ezechiele Ermenegildo Cavaliere Suppé Demelli. Simplificó y germanizó su nombre en Viena, cuando cambió "cavaliere" por "von". Fuera de círculos germánicos, su nombre podía aparecer como Francesco Suppé-Demelli.
Suppé pasó su infancia en Zadar (Croacia), donde recibió sus primeras clases de música y compuso a una edad muy temprana. En su adolescencia, estudió flauta y armonía en Cremona. Su primera composición existente fue una Misa católica, que fue estrenada en una iglesia franciscana de Zadar en 1832. Se trasladó a Padua (Italia) a estudiar Derecho, un campo de estudio no elegido por él, aunque continuó sus estudios de música.
Finalmente, Suppé compuso más de 100 obras en el Theater in der Josefstadt, en el Carltheater de Leopoldstadt (un barrio de Viena), en el Theater an der Wien y en el teatro de Baden. Asimismo, participó en varias óperas, como en la producción de la ópera de 1846 de Giacomo Meyerbeer Les Huguenots, con Jenny Lind.
Falleció el 21 de mayo de 1895 en Viena.
Suppé compuso cerca de 30 operetas y 180 farsas, ballets, vodeviles y otras obras. Aunque la mayoría de las óperas de Suppé han caído en el olvido, las oberturas, especialmente Leichte Kavallerie (Caballería ligera) y Dichter und Bauer (Poeta y aldeano), han sobrevivido y algunas de ellas han sido usadas en las bandas sonoras de películas, dibujos animados o anuncios, además de ser interpretado con frecuencia en los conciertos sinfónicos populares. Algunas de las óperas de Suppé son todavía interpretadas en Europa. Peter Branscombe escribió en el New Grove Dictionary of Music and Musicians que la obra Des ist mein Österreich de Suppé es el segundo himno nacional de Austria.
Suppé mantuvo vínculos con su región natal, Dalmacia, y de vez en cuando visitaba Split, Zadar y Šibenik. Algunas de sus obras están vinculadas con Dalmacia, en particular, en su opereta The Mariner's Return (El retorno del marinero) la acción se desarrolla en Hvar. Después de su jubilación como director de orquesta, Suppé continuó escribiendo óperas, pero cambió su enfoque a la música sacra. También escribió un Réquiem para el director de teatro Franz Pokorny, tres misas, canciones, sinfonías y oberturas de concierto.
Fue director musical en diversos teatros vieneses. Bajo la influencia de las exitosas operetas de Offenbach, comenzó a componer las propias con su característico sentimiento vienés. “Caballería ligera” (1866) es una opereta en dos actos, que pronto cayó en el olvido; sin embargo su Obertura es una de sus piezas más conocidas.


MOZART-BROMA MUSICAL (PRESTO)


El Divertimento para dos trompas y cuerdas, también conocido como Una broma musical (en alemán: Ein Musikalischer Spaß), K. 522, es una composición de Wolfgang Amadeus Mozart; el compositor la anotó en su Verzeichnis aller meiner Werke (Catálogo de todas mis Obras) el 14 de junio de 1787.
La música está intencionadamente escrita para ser divertida, estando rociada libremente por una composición inoportunamente tosca, mecánica y monótona, junto con pasajes evidentemente diseñados para imitar los efectos de una notación imprecisa y una interpretación torpe. Los especialistas han opinado que el propósito original de la pieza es satírico - que "[es] una metedura de pata armónica y rítmica que sirven para parodiar la obra de compositores incompetentes"[1] - aunque no se sepa si el propio Mozart reveló sus intenciones.
Consta de cuatro movimientos, usando formas compartidas con muchos otros divertimentos clásicos:
1.Allegro (en forma sonata).
2.Menuetto y Trio.
3.Adagio cantabile.
4.Presto. (en forma rondó-sonata).
No obstante, la música tiene potencial para atraer la atención de la audiencia media de esa época en calidad de comedia, incluyendo:
Un uso de fraseo asimétrico, o no frasea durante grupos de cuatro compases, al comienzo del primer movimiento, lo que es muy poco común para el periodo clásico.
El uso de dominantes secundarias donde convenía incluir acordes de subdominante.
El uso de disonancias en las trompas, satirizando la incompetencia del copista, o el trompa equivocándose en el manejo del pistón.
El uso de una escala de tonos en el registro alto del violinista, probablemente con la intención de imitar el esfuerzo del instrumentista para mantenerse en la posición alta.
Pobreza extrema en todos los procedimientos utilizados (variación, imitación, etc.).
Pasajes donde el compositor parece olvidarse de la clave que está utilizando, escribiendo como si fuera en otra (esta situación es muy clara en la clave de do [viola], que parece escrita algunas veces para clave de sol).
Utilización extemporánea de los matices dinámicos.
La pieza es asimismo notable por el temprano uso de la llamada politonalidad, creando el gesto de completo colapso con el que termina el finale. Esto pudo ser previsto para crear la sensación de que los violines están interpretando de una manera extremadamente fuera de melodía, desde que las trompas solas concluyen en la tonalidad de la tónica del movimiento: los violines en registro bajo funcionan como si la tónica se hubiese transformado de repente en si bemol, mientras que los violines y violas cambian a sol mayor y mi bemol mayor, respectivamente:
Algunos teóricos opinan que Una broma musical es una parodia de las obras de compositores torpes contemporáneos a Mozart. Como casi una suposición, uno podría encontrar varios puntos de la partitura realmente divertidos, tales como los más elementales desarrollos del tema, donde el pobre compositor puede sentir la agonía que avanza con el desarrollo.
Otros teóricos no están de acuerdo con esta visión, alegando que quizás Mozart usó parodia y comedia como una excusa para probar cosas que no estaban en práctica en esa época; entonces, la pieza podría haber sido prevista en un tono más serio que sólo conocía el propio compositor.
El uso de fraseo asimétrico, escalas de tonos, y multitonalidad es muy extraño en la música del Clasicismo. Sin embargo, esas técnicas fueron más tarde revisitadas por los primeros compositores del siglo XX, como Claude Debussy e Igor Stravinsky, quienes estaban buscando un nuevo lenguaje musical. En este contexto posterior, estas convenciones fueron vistas como nuevas técnicas legítimas en música seria. Pero en la época de Mozart, estos elementos no clásicos confieren a la pieza su carácter de comedia y expresan perfectamente el musical sentido del humor del compositor.
Sorprendentemente, Una broma musical es la primera pieza anotada en el catálogo de obras de Mozart tras la muerte de su padre el 28 de mayo.


OFFENBACH-LOS CUENTOS DE HOFFMANN (BARCAROLA)


Casi se podría decir que sólo en la hora de la muerte descubrió Jacques Offenbach lo que había creado. Su ópera "Los cuentos de Hoffmann" hace resplandecer con los colores más puros la exuberante alegría de su música. La inspiración melódica es en esta obra más fuerte que nunca; el trabajo armónico, más pensado y sutil. En esta obra, Offenbach es lírico, dramático y fantástico y en algunos momentos no puede por menos de ser cómico. Es muy serio, sensible, dulce, sensual, según lo necesite la escena.
La ópera Los cuentos de Hoffmann es una adaptación de Jules Barbier y Michel Carré de varios cuentos. Tiene tres actos, en los que se relatan distintos episodios amorosos del escritor Ernst T.A. Hoffmann. El primero tiene lugar con una muñeca mecánica, el segundo con la víctima del conjuro de un mago, y la tercera con una enferma moribunda. La historia comienza con un prólogo ambientado en una taberna. Entre las arias más famosas destacan, en el primer acto, Los pájaros en la alameda (o La canción de la muñeca); en el segundo, el dúo Bella noche, oh noche de amor; y en el último acto, La tórtola ha huido.
El 18 de mayo de 1879, Offenbach repartió invitaciones para un concierto privado: además de numerosos personajes eminentes, aparecieron los directores de la Opera Comique de París y de la Hofoper de Viena, los señores Carvalho y Jauner. En el programa había muchos números terminados de la ópera Los cuentos de Hoffmann. La obra pareció interesar mucho a ambos. Pero Offenbach no pudo terminarla. En agosto de 1880 describió a su hija los detalles de su actividad de compositor, de donde se puede concluir que a la ópera le faltaban todavía partes esenciales. Offenbach estaba muy enfermo y presentía su muerte. Cuando falleció, el 5 de octubre de 1880, la familia hizo saber que Los cuentos de Hoffmann estaban terminados y que había indicaciones detalladas para la orquestación que faltaba, pero esas afirmaciones han sido puestas en duda por las modernas investigaciones. De todos modos, la familia encargó a Ernest Guiraud (que en 1875 había compuesto los recitativos de Carmen) que dejara la obra «lista para representarse». Guiraud realizó un trabajo excelente. Y Les contes dy Hoffmann se estrenó el 10 de febrero de 1881 en la Opera Comique de París. De todos modos, Carvalho, el director musical y de escena, suprimió el acto de Giulietta por considerarlo «demasiado largo y confuso».
Pocos meses después, el 7 de diciembre de 1881, la obra se representó por primera vez en idioma alemán. Franz von Jauner, que había dejado de ser director de la Hofoper de Viena, en aquel momento ocupaba el cargo de director del Ringtheater de la misma ciudad, en el que la ópera de Offenbach fue representada y aplaudida con entusiasmo. La segunda representación se había fijado para la noche siguiente; aquel 8 de diciembre de 1881 se convirtió en uno de los días más aciagos de la historia del teatro. El Ringtheater se incendió durante la representación de Los cuentos de Hoffmann; hubo varios centenares de muertos. Durante mucho tiempo la superstición impidió las representaciones en el ámbito del idioma alemán. Luego, la obra también se impuso allí, aunque no con la misma fuerza que en el resto del mundo.
La celebración del centenario del fallecimiento de Offenbach provocó un verdadero diluvio de representaciones de esta obra, que a decir verdad no responde al modelo de la «offenbachiada», pero que sin duda es su obra más profunda y bella.