sábado

LAS NOTAS DE MARIO LANZA

Calificado por el director Arturo Toscanini como “la mayor voz del siglo XX”, Mario Lanza, cuyo nombre original era Alfredo Arnoldo Cocozza, nació el 31 de Enero de 1921 en Filadelfia. Sus padres eran inmigrantes italianos. Su madre, Maria, cuyo apellido de soltera era Lanza, tenía una hermosa voz de soprano y soñaba con una carrera de cantante, pero su padre decidió que el escenario no era lugar para una mujer casada.

El padre de Mario, Antonio Cocozza fue un héroe de la Primer Guerra Mundial y tenía una fina colección de grabaciones de óperas. A los cinco años, el pequeño “Freddy” mostró un gran interés en la vieja Vitrola familiar, la cual regularmente interpretaba grabaciones de Enrico Caruso y pronto, el joven niño estaba cantando solo con las grabaciones de Caruso. 

 A los dieciséis años, para deleite de sus padres, Freddy anunció su intención de convertirse en cantante. Su madre vio la realización de su propio sueño a través de la ambición de su hijo e hizo todo el sacrificio posible para que su hijo pudiera asistir a las lecciones que éste necesitaba. Mario fue descubierto por el director Serge Koussevitsky, quien quedó tan impresionado con su canto que le garantizó una beca para su Escuela de Música Berkshire.

Así fue como en 192, en el Festival de Música de Berkshire hizo su debut como "Fenton" en la obra “La esposa de Windsor”, cambiando su nombre a Mario Lanza en tributo a su madre. Pero, justo cuando su carrera estaba comenzando a despegar, fue interrumpida abruptamente por el deber de acudir al servicio militar obligatorio de los Estados Unidos. En Abril del mismo año, se casó con una amiga de su hermana, Betty Hicks. La unión fue bendecida con cuatro niños.

Un famoso crítico musical de aquellos tiempos dijo que Mario Lanza tenía una de las voces más hermosas que jamás había escuchado. Además dijo que tenía un exuberante carácter, pero que también era muy generoso y amable con un gran corazón, el cual era evidente por el modo en que él cantaba. Entre Octubre de 1945 y Febrero de 1946, Lanza apareció en seis programas de “Grandes momentos en la música” en Nueva York, cantando arias como por ejemplo: el dueto de amor de la ópera Otello, de Verdi.

En Mayo de 1957 Mario se mudó con su familia a Roma, donde realizó dos grandes películas “Las siete colinas de Roma” y “Por primera vez”. Mientras que en 1949, había sentido que su voz era demasiado inmadura para abrir la temporada en “La Scala” o unirse al Metropolitan Opera en Nueva York, ahora sentía que su voz había madurado y que estaba listo para el escenario operístico. Primero, se dice que se hicieron arreglos para completar las interpretaciones de las grandes operas con Maria Calas. Luego Lanza hizo extensos viajes dando conciertos por toda Europa, comenzando en Noviembre en Inglaterra con el Royal Command Performance, seguido por una extensa gira nacional, que incluyó al Royal Albert Hall, Birmingham y Sheffield Concerts. También cantó en Bélgica, Holanda, Francia y Alemania. 

Uno de sus últimos conciertos fue el 13 de Abril en Kiel, Alemania, donde su voz era “oscura y rica, y cantó como nunca antes”, esto recuerda su pianista Callinicos. En el “Triunfo de Marzo” para la escena final de “Por primera vez”, se unieron los 260 miembros de la orquesta y el coro de la Casa de Opera de Roma.

El último año de Mario estuvo plagado de una mala salud y una gran demanda de trabajo. Exhausto por trabajar demasiado, ingresó a la Clínica de Valle Giulia en Roma el 25 de Septiembre de 1959. Mario había tenido problemas con algunos dolores en su lado izquierdo, su presión sanguínea era alta y estaba sufriendo de flebitis. 

 Se llamó a un especialista cardíaco, pero para entonces Lanza había decidido volver a cantar y al trabajo. En la mañana del 7 de Octubre, Lanza llamó a su esposa diciéndole que lo esperara en su casa, pero justo antes del mediodía sufrió un ataque masivo al corazón y falleció.

domingo

A CARUSO

  

Cinco grandes intérpretes homenajean a Enrico Caruso, en esta canción de Lucio Dalla: Pavarotti, Lara Fabian, Julio Iglesias, Il Divo y el propio Dalla. Un sentido recuerdo para el que fue, según muchos amantes de la Opera, entre ellos, Plácido Domingo, el mejor tenor de todos los tiempos. 

 La fama de Enrico Caruso (1873-1921), el más grande tenor dramático de las dos primeras décadas del siglo XX, conquistó alturas tan universales a lo largo de su vida que hasta los que no estaban interesados en la ópera conocieron su nombre. Hoy, casi cien años después de su muerte, Caruso sigue haciendo las delicias de los amantes de la música en el mundo entero, gracias al rico legado que nos dejó en sus discos de fonógrafo. Enrico Caruso nació en Nápoles, Italia, el 27 de febrero de 1873. Fue rico la mayor parte de su vida y era un hombre sencillo, a quien encantaba la paz. Medía 1.75 metros de estatura, pesaba unos 80 kilos, y solía perder temporalmente cerca de kilo y medio después de una actuación en las tablas. 

Entre sus hábitos personales estaba el de fumar constantemente cigarrillos egipcios, pero no comía mucho. Cuando cantaba ópera se cambiaba de camisa en los entreactos y se perfumaba con agua de colonia mientras se ponía otra ropa. La noche antes de cantar solía tomarse medio frasco de magnesio en polvo Henri con agua, antes de acostarse para dormir ocho horas. El 12 de febrero de 1921 el doctor Erdmann le quitaba más de diez centímetros de costilla. “Cuando se le abrió el pecho —comentó el cirujano—, salió el pus más hediondo que he visto y olido en mi vida”. Durante diez días, el estado general de Caruso fue muy débil, pero logró reponerse lo suficiente para que se le pudiesen hacer radiografías del pecho. En ellas se apreciaba “que se le había contraído el pulmón izquierdo”. 

Durante la parte primera de su convalecencia, Caruso se quejó de parestesia en la mano derecha: “¿Qué me pasa en los dedos? —preguntó a los médicos—. Siento como en los pies cuando se me quedan dormidos”. La atrofia visible de los músculos de la mano siguió a la aparición de esta sensación. El pulgar y el índice se le debilitaron, con lo cual le resultaba difícil escribir. Aunque no se han encontrado datos de un reconocimiento neurológico de Caruso, puede suponerse que le lesionaron de alguna manera, acaso mientras estaba bajo los efectos de la anestesia, el plexo braquial, o sea, la intrincada cadena nerviosa localizada en la axila. 

El examen que le hizo el doctor Erdmann descubrió que se le había formado un absceso profundo entre la cadera y las costillas. Se le practicó una incisión en el absceso del flanco izquierdo y se le dejó un drenaje, esta vez con anestesia general. En total, se le habían abierto cinco abscesos en la misma zona general, y se le habían administrado dos transfusiones de sangre. Aunque Caruso mejoró notablemente después de las transfusiones, se preocupó mucho por otros posibles efectos. “Ya no tengo sangre italiana pura —decía—. ¿Qué soy ahora?”

viernes

ANNA NETREBKO


Anna Yuryevna Netrebko nació el 18 de septiembre de 1971 en Krasnodar, Rusia. Es una cantante soprano ruso-austriaca. Es conocida por su suntuosa voz, su buena técnica musical y su belleza física. 

 Comenzó su carrera artística como humilde fregatriz en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo (sede de la Ópera Kirov), donde llamó la atención del director de orquesta Valery Gergiev y en consecuencia se hizo su mentor musical. Guiada por el genio de Gergiev, debutó en el Mariinsky como Susana en Las bodas de Fígaro. Siguió cantando papeles destacados con la Ópera Kirov, incluyendo Amina en La sonnambula, Pamina en La flauta mágica, Rosina en El barbero de Sevilla, y Lucía en Lucia di Lammermoor. 

En 1995, con veinticuatro años, debutó en Estados Unidos, como Ludmila, en la ópera de Mijaíl Glinka "Ruslan y Ludmila" en la Ópera de San Francisco. Después de su exitosa representación, se convirtió en frecuente cantante invitada en todo el mundo. La voz de Netrebko es notable por tener tanto la suavidad y flexibilidad de una soprano lírica y la resonancia y oscuro timbre de una soprano lírico spinto. Tiene una amplia tesitura, siendo capaz de alcanzar el Mi bemol alto de soprano e incluso fás más agudos. 

En marzo de 2006, Netrebko solicitó ser ciudadana austriaca, recibiendo su ciudadanía a finales de julio. De acuerdo con una entrevista en las noticias semanales austriacas, vivirá en Viena y Salzburgo. Esto ha provocado polémica en Rusia – Historia en el "Moscow Times". La hermosa soprano rusa que se naturalizó hace un año austriaca, encarna como nunca el máximo glamur que despierta el arte operístico. 

Para algunos, la leyenda Callas empieza a quedar lejos. Para la prensa del corazón la historia de Netrebko significa un jugoso negocio: se inició en la ópera limpiando pisos en el Teatro Mariinski de San Petersburgo hasta que Valery Gergiev, el director de ese templo operístico y balletístico, la apadrinó y hoy puebla los sueños de muchos y las leyendas rosas: alivia sus depresiones comprando lencería y ropa de lujo y se divierte practicando tiro con armas de fuego.

 

miércoles

AIDA GARIFULLINA

Nació el 30 de septiembre de 1987 en Kazán, la capital de la República de Tartaristán. Su madre, Lyalya Garifúllina, que influyó decisivamente en sus inicios en la música y en su carrera artística, es directora del Centro de Música Contemporánea Sofía Gubaidúlina.​ 

A los cinco años participó en un concurso televisivo de Moscú, cantando y bailando. A los 18 años, se mudó a Núremberg para continuar sus estudios. En 2007, se trasladó a la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena bajo la tutoría de Claudia Visca. Dos años después, debutó como Despina en la producción universitaria de ‘Così fan tutte’ de Mozart. 

 En 2013 obtuvo el Primer premio en la competición internacional de cantantes de ópera de Plácido Domingo, Operalia y fue nombrada artista honorífica de la República de Tartaristán. Ese mismo año, por invitación de Valery Gergiev, se unió a la compañía del Teatro Mariinsky en San Petersburgo. 

Desde entonces ha desarrollado una carrera de importancia creciente en los principales teatros de ópera del mundo que ha compaginado con actuaciones multitudinarias en eventos como la ceremonia inaugural de la Copa del Mundo 2018, el Mundial de fútbol que se celebró en Rusia.

 


domingo

OPERA "LOS TENORES"

Un prestigioso jurado de críticos de BBC Music Magazine elaboró una lista de los 20 mejores tenores de la Historia. 

Formaron parte también del jurado Michael Tanner, crítico de la revista británica “The Spectator”, John Allison, director de “Opera Magazine”, Hugh Canning, crítico de ópera del Sunday Times, Ashutosh Khandehar, director de “Opera Now Magazine”, Richard Morrison, crítico musical del diario “The Times”, Jan Smaczny, profesor de música de la Queen’s University de Belfast, y Howard Goldstein, profesor de música de la Auburn University (Alabama). 

He aquí el resultado: 1- PLÁCIDO DOMINGO – E lucevan le stelle (Tosca – Puccini) 2- ENRICO CARUSO – Vesti la giubba (I Pagliacci – Leoncavallo) 3- LUCIANO PAVAROTTI – Nessun Dorma (Turandot – Puccini) 4- ALFREDO KRAUS – Pourquoi me réveiller (Werther – Massenet) 5- JUSSI BJÖRLING – Celeste Aida (Aida – Verdi) 6- LAURITZ MELCHIOR – Mein lieber Schwan! (Lohengrin – Wagner) 7- BENIAMINO GIGLI – Cielo e mar (La Gioconda – Ponchielli) 8- JON VICKERS – Recondita armonia (Tosca – Puccini) 9- NICOLAI GEDDA – Je crois entendre encore (Les pêcheurs de perles – Bizet) 10- PETER PEARS – One ever hangs (War Requiem – Britten) 11- TITO SCHIPA – Sogno soave e casto (Don Pasquale – Donizetti) 12- CARLO BERGONZI – La donna è mobile (Rigoletto – Verdi) 13- JUAN DIEGO FLÓREZ – J´ai perdu mon Eurydice (Orphée et Eurydice – Gluck) 14- PETER SCHREIER – Fuor del mar (Idomeneo – Mozart) 15- FRANCO CORELLI – A te, o cara (I puritani – Bellini) 16- JOHN McCORMACK – Il mio tesoro (Don Giovanni – Mozart) 17.- JAVIER CAMARENA - Ah mes ami (La hija del regimiento - Donizetti) 18- ANTHONY ROLFE-JOHNSON – Golden columns (Salomón – Haendel) 19- WOLFGANG WINDGASSEN – Ein schwert verhiess (La Walkiria – Wagner)

 

jueves

ROMANCE DE VIOLIN Y PIANO

 

En un comienzo, el violín no era muy considerado, hasta que en 1607, Claudio Montiverdi lo incluye en su ópera “Orfeo”. El violín comenzó ha hacerse popular y surgieron renombrados constructores del instrumento como Gasparo da Saló, Giovani Paolo Maggini, Andrea Amati, Nicola Amati, Antonio Stradivari y Giuseppe Guarnieri de Gesú. Los violines se convirtieron en los instrumentos más codiciados. 

El cuerpo del violín posee una forma abombada, por silueta estilizada por una curvatura superior e inferior con un estrechamiento en la cintura en forma de c. Las tapas del violín modelan sus suaves curvas que proporcionan las características de abovedado, los aros, que van al rededor del violín dando la silueta son de poca altura, el mástil posee cierto ángulo de inclinación hacia atrás respecto al eje vertical, longitudinal y se remata por un caracol que se llama voluta. 

La estructura interna del violín esta conformada por dos elementos fundamentales en la producción sonora dados por la barra armónica y el alma. La barra armonica corre a lo largo justo debajo de la tapa debajo de las cuerdas graves y el alma esta ubicada justo debajo del pie derecho del puente donde se ubican las cuerdas agudas. Los violines más sofisticados pertenece a Antonio Stradivari. Sus instrumentos son reconocidos entre los más bellos creados, son de alto precio, y todavía son utilizados por intérpretes profesionales. Unicamente otro luthier, Giuseppe Guarneri, inspira respeto entre los violinistas. 

El 6 de mayo Cristies subastó un stradivarius llamado "Hamer " por el precio récord de 3.544.000 dólares, la mayor suma pagada por instrumento musical hasta entonces. Existen muchas hipótesis sobre cómo pudo haber sido construidos esta clase de Stradivari, pero la que más destaca entre ellas es la cual nos dice que en la época de 1645 y 1715 hubo una temporada de heladas que afectó toda Europa. Gracias a estos fríos, los anillos de los árboles fueron mas angostos, están más juntos y la madera tiene mayor densidad aportándole esta singular madera el perfecto timbre a sus violines. 

viernes

LA BELLEZA DE LA MUSICA

Lola Astánova, pianista nacida en la URSS y residente en EEUU, es una brillante profesional galardonada con premios prestigiosos. Pero además de agradar a sus fans con bellas interpretaciones de música clásica, acompaña sus actuaciones con atuendos sensuales. Astánova nació en Tashkent, capital de la república exsoviética Uzbekistán. Empezó a tocar el piano desde pequeña porque su madre se había graduado del conservatorio y siempre tenía un piano en su casa. 

A la edad de seis años se matriculó en la escuela de música Uspenski para niños superdotados. Dos años más tarde, ya participaba en festivales y conciertos por todo el mundo, incluyendo Estados Unidos y Europa. A menudo venía a la capital rusa para asistir a las clases en el Conservatorio Chaikovski de Moscú. 

En 2001, Lola decidió abandonar Uzbekistán para siempre y se trasladó a EEUU. "No fue nada fácil, como en cualquier sociedad compleja, en EEUU hay muchos problemas, pero el vector común siempre apunta al éxito. Todo depende de ti", comentó. En 2009, la pianista se convirtió en una sensación de YouTube con su propia composición, inspirada en la canción de Rihanna 'Do not Stop The Music'. El vídeo reunió más de un millón de visitas. 

A los 26 años, dio un recital en el Gran Salón del Carnegie Hall. El más reciente premio recibido por Lola fue un Emmy, por su interpretación de 'Rhapsody in Blue' de Gershwin en un proyecto televisivo. "Practico un arte vivo, que tiene pulso, aliento, instintos, sentimientos y pensamientos", confesó la artista a la agencia. 

 Según Lola, "es raro que la música clásica se haya convertido en un museo y se asocie ahora con algo reservado, porque List y Chopin eran estrellas de rock de su tiempo: libres, apasionados y verdaderos dandis".

Para Astánova, la música clásica académica con sus "conciertos aburridos de músicos que solo pulsan las teclas, no tiene futuro". "Pero si hablamos de la música clásica como fuente de inspiración y crecimiento profesional, como brillantes chispas de la creatividad humana, que dieron lugar a toda la música moderna, como ejemplo de libertad e ilimitada variedad artística, le espera un futuro brillante. Y espero que mis nuevos trabajos logren enfatizarlo"

"La actuación de cualquier artista es una combinación de factores, y cada uno de los espectadores se concentra en lo que más le interesa. Alguien escucha más la música, alguien contempla más los vestidos, y para otros el concierto es solo salir y pasar el tiempo. Mi cuerpo es parte de mí, y si alguien está interesado solo en ello, no me molesta en absoluto".

Al mismo tiempo, la pianista enfatizó que su físico no es la clave de su éxito.

lunes

VERDIMANIA-1 AIDA

Aída es una de las obras maestras de la ópera. La ópera italiana, la ópera romántica, la «gran» ópera encuentran aquí su culminación, pero quien quisiera ver en Aída un drama musical, también tendría razón. No tendría razón en cambio quien afirmara que Verdi había «aprendido» de Wagner. Su desarrollo es totalmente consecuente: está sometido a ciertos presupuestos, de los que tampoco pudo escapar el compositor alemán. 

La tendencia general de la época se dirige hacia la ópera integral, a la ópera que ya no se divide en números, que además se hace más profunda desde el punto de vista dramático y psicológico, y en la que el texto adquiere una nueva significación, llega a una relación nueva con la música. La técnica del Leitmotiv, llevada a su punto culminante por Wagner, no fue él quien la inventó en principio: Berlioz y Liszt la utilizaron antes que él, y si Verdi crea también en Aída un Leitmotiv y lo hace sonar todas las veces que se habla de la unión íntima de Aída y Radamés, o incluso cuando sólo se piensa en ella, es la consecuencia de su desarrollo natural. La historia de Aída nos cuenta que en El Cairo, la capital egipcia, se inauguró en 1869 un teatro de ópera italiana, por supuesto que con una ópera de Verdi: Rigoletto. 

El virrey Ismaíl Bajá, un partidario de la cultura europea, amigo de Francia y admirador de Verdi, pensó en una ópera conmemorativa para la futura apertura del canal de Suez, cuya terminación (por el francés Lesseps) era de gran importancia para la economía de Europa. Sin embargo, Verdi, en quien pensó en primer lugar, durante mucho tiempo no quiso saber nada de semejante proyecto. Sólo la sinopsis del libreto le hizo acercarse más al mismo. Sin embargo, la gran fecha llegó y no hubo ópera conmemorativa. Verdi trabajó en ella, y la terminó en 1870. Los decorados y el vestuario se encargaron a la Ópera de París; cuando fueron terminados, no hubo ninguna posibilidad de sacarlos de la ciudad, que estaba cercada por los prusianos. 

Parecía que el contrato, que tenía de plazo hasta fines de 1871, no se iba a cumplir; y El Cairo había garantizado el estreno de Aída (por la que Verdi había obtenido los honorarios más altos de la historia de la música: 150.000 francos de oro). Pero en septiembre de 1871 se firmó el tratado de paz y El Cairo pudo dedicarse febrilmente a la preparación del estreno. 

LA PENULTIMA DEL GENIO


Pocos estrenos operísticos han sido aguardados con tanta expectación como el de Otello de Verdi en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887. Y pocas personas habrían siquiera imaginado por aquel entonces que el Maestro –que había manifestado su deseo de “retirarse de los escenarios” después de Aida, una década y media antes, y que ya era septuagenario–pudiera haberse sentido tentado para acometer un proyecto tan ambicioso. 

Los antecedentes constituyen una parte familiar de la biografía de Verdi: cómo su editor Giulio Ricordi maniobró, a finales del verano de 1879 (con la ayuda del director de orquesta Franco Faccio y del libretista y compositor Arrigo Boito), a fin de convencer al Gran Anciano para que abandonara su retiro con la idea de abordar uno de los más grandes textos de su amado Shakespeare, inicialmente sacando el tema a colación durante una comida y luego preparando un día después un esquema completo del libreto de Boito (¡oportunamente ya esbozado!), que a Verdi le pareció bueno. “Siga adelante y escriba el libreto”, dijo Verdi a Boito, “siempre será útil para usted, para mí o para alguna otra persona”. Gradualmente, Verdi se permitió, siempre rezongando, sin bajar nunca la guardia, ser conquistado para la causa. 

Sin embargo, lo hizo con plena conciencia de que éste sería uno de los retos más difíciles y arriesgados de toda su gloriosa carrera. Boito siguió completando el primer borrador del libreto, entregando la última parte a Verdi a mediados de noviembre. Ricordi, a quien le preocupaba que Verdi pudiera cambiar de opinión, presionó a Boito para que concluyese el borrador; en una deliciosa carta fechada el 21 de septiembre de 1879, Boito escribió a un administrador de Ricordi: “Si esta semana no entrego a Giulio una Desdémona estrangulada [esto es, la escena final de la ópera], me temo que será él quien me estrangule a mí” . En el curso de los próximos años los dos artistas se enfrascaron en un prolongado y complejo proceso de revisión del texto. En cuanto a la música, sin embargo, y a pesar de los informes optimistas enviados por Emanuele Muzio, el alumno de Verdi, a Ricordi a comienzos de 1880, dice que "la música creo que ocupa unlugar prioritario en su mente. 

Parece ser que Verdi estaba procediendo, en cambio, de forma cautelosa. Como ha observado el historiador James Hepokoski, “El trabajo de Verdi en el curso de aquellos años –dos amplias y extensas revisiones operísticas, para Simon Boccanegra (en 1881, con Boito) y para Don Carlos (en 1882-3, con Camille Du Locle)– puede entenderse como las luchas internas que estaba librando el compositor para dar con el estilo avanzado que tenía previsto utilizar en Otello.

martes

PLACIDO FOREVER

Uno de los más grandes cantantes de la historia, embajador de España en todo el mundo, se ha visto últimamente envuelto en la caza de brujas (brujos en este caso), de las feminazis convencidas que hasta una mirada, si es "lasciva", debe condenarse como delito tipificado en el nuevo Código Penal. 

Disparar balas de humo contra un gigante parece un gesto inútil, pero en estos tiempos que vivimos, el "empoderamiento" de la mujer ha alcanzado cotas difícilmente superables. Plácido Domingo ha sido titular en periódicos y revistas de gran parte del orbe por este motivo, y algunos grandes coliseos operísticos han cancelado sus actuaciones, perjudicando así la reputación y el brillante historial de nuestro gran cantante. 

Espero que el daño emocional, profesional y personal sufrido haya ido poco a poco remitiendo, y que Plácido vuelva al lugar donde siempre ha estado y siempre estará: en lo más alto del escalafón internacional y en lo más profundo de nuestros corazones.