viernes

Y SURGIO BEETHOVEN


Un día cualquiera en la calle de cualquier ciudad. Poco a poco van apareciendo músicos, tocando sus variados instrumentos.

Los músicos comienzan a juntarse, como si fueran átomos formando una molécula, que lentamente, con el paso del tiempo, se hace más y más compleja. Hasta que se forma, por evolución y selección natural, una Orquesta.

Ya es un organismo vivo, capaz de crear Música, lo más puro que transporta el aire.

Y de esta evolución surge la más bella obra de Beethoven, para asombro y regocijo de las personas que aplauden entusiasmados al final de la audición



miércoles

KRAUS EN 1994


El tenor español Alfredo Kraus estrena, en la Opéra Comique de París, una nueva versión de Werther, la ópera de Massenet. Se trata de una puesta en escena de Gilbert Blin, con dirección musical de Laurent Petitgirard, producida en 1991 por la ópera de Nancy. 

Para Alfredo Kraus, "este montaje es muy moderno, muy abstracto; su concepción resulta muy cruda, ya que se ha prescindido de todo realismo en la creación de los decorados". Para Blin lo interesante es "evitar al máximo la tradición del siglo XIX y retornar al espíritu del texto de Goethe". La estancia en París del tenor coincide con la distribución del disco de la zarzuela Doña Francisquita, grabado el año anterior, 1993.

El director escénico Gilbert Blin considera que Goethe presenta a "un héroe intelectual y sensible, un poeta sin poema, un creador sin creación, alguien que se emociona ante la belleza del mundo, que es capaz de captar todas las vibraciones del mismo, pero que no tendrá tiempo de expresarlas". Las reticencias de Kraus ante la "intelectualización " de Werther son relativas, ya que admite que "la personalidad de los cantantes y de los personajes cobra un mayor relieve", pero teme que le exijamos al espectador un esfuerzo suplementario cuando él no ha ido al teatro para pensar, sino para ver y oír".

martes

EL GRAN KRAUS


El tenor Alfredo Kraus, desaparecido en 1999, es unánimemente reconocido como uno de los más grandes cantantes líricos de su generación. Desde su debut en El Cairo en enero de 1956 con Rigoletto, título que llegaría a ser uno de sus caballos de batalla, su ascensión sería tan meteórica que con apenas siete años de carrera, algo inaudito, sería reseñado en la obra "Le grandi voci" (1964), considerada durante mucho tiempo la más completa fuente biográfica y crítica sobre los grandes cantantes de ópera desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX.

Ya en los años sesenta se había consagrado en los principales teatros de Europa y América, continuando su exitosa trayectoria, una de las más dilatadas de la historia del canto, hasta prácticamente el año de su muerte. Aunque en menor medida que en el extranjero, también numerosas localidades españolas fueron testigo de las actuaciones del tenor en sus temporadas de ópera.